San Salvador no es una ciudad linda. Salgo para Tilcara en una hora. Recorrí, me entretengo mirando a las personas. La tranquilidad les hace la cara impenetrable. El cielo está gris, cada tanto caen dos o tres gotas de lluvia. Pasan una especie de cumbia, el estribillo dice llorar, llorar, llorar. La cerveza barata es más sabrosa que la que se toma en Buenos Aires. Me gusta estar solo.
Voy a llegar a Tilcara a las 11 de la noche. Voy a buscar habitación, seguramente compartida. Voy a poner de excusa que estoy muy cansado, para no tener que hablar. Me voy a emborrachar solo, de frente a algún paisaje lindo. Voy a tratar de escribir algo, otra cosa que no sea esto. La cerveza y la coca me están dando ganas de bailar esta música fea.
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