Me fui con la linterna, bajé hasta el río y me acobaché en lo más oscuro. Lloré, etcétera. (Estoy metabolizando bocha). Escuchaba y el río y los árboles y no veía ni un cachito de cielo, todo tapado por sombras gigantes que de día son cerros. Cuando quise arrancar, apreté el botoncito y, mierda, la linterna no prendió. Estuvo complicado volver.
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