Tengo que mirar y mirar desde acá arriba antes de que la hora me empiece a ocultar el abajo ese que me convierte como un hombre que se convierte en silencio. Saber que después voy a estar entre cuatro paredes asusta. Los perros lo torean a Dios de tan visible.
(Escribí eso y vino un perro! se me acercó, le hice una sola caricia en el lomo y se fue).
Mientras baje va a ir desapareciendo todo, primero lo de lejos, volviéndose negro, después lo de cerca, y va a empezar a hacer frío. La nube empapa al hombre que baja, hombre ya mitad nube, no, mejor no, mejor hombre todo de carne y hueso en el medio de una nube.
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