lunes, 9 de febrero de 2015

Hoy casi no escribí, no daba. Llegamos a Yavi, un lugar increíble. Geografía menos hitera pero más linda. Casas bajas, de adobe, entre cerros rocosos, que de lejos tienen texturas que no vas a terminar de disfrutar nunca. El lugar, antes de la revolución de 1810, pertenecía a un Marqués, uno de los terratenientes más grosos del país. En su casa hay un museo muy interesante para ubicar este lugar en sus distintos momentos históricos, con una buena biblioteca de libros antiguos y otros más o menos nuevos. La iglesia es al estilo barroco peruano, fue construida en 1690 y es preciosa.
Escribo aburrido porque estoy muy muy cansado de una caminata hasta una cascada con algunas pinturas rupestres. Me siento enfermo. La altura es terrible, estoy siempre con el corazón a full, sin aire, con la piel seca. Da la sensación de que el lugar odia al hombre blanco.

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