jueves, 19 de febrero de 2015

Lo tengo que decir: me gustan más las ceremonias que hago en Buenos Aires que la de anoche con el chamán shipibo, más original y autóctona.
Las de allá tienen humor, son descontracturadas, simples. Anoche nadie sonreía. Además las canciones son preciosas en castellano, tienen más vida, se arma una movida bien compartida, hay más gente aportando, cada uno viene con su cancioncita andina que aprendió con alguna tribu en algún viaje, hay mujeres que cantan muy muy bien, de golpe alguna saca algún mantra lindo que aprendió en una clase de yoga, hay cantates líricos y líricas. Puede pasar que un flaquito agarre la guitarra y se cante una canción horrible que lo querés matar, pero todo es parte del aprendizaje. En mi segunda ceremonia había un cantante de ópera que cantó una lieder de Schumann, fue increíble.

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