Me senté en una mesa en la feria de La Quiaca, con un montón de gente que me mira de reojo. Pedí un picante de pollo con sopa de maní y gaseosa. Me preguntan de qué color y digo negra. Me sirven un vaso de coca.
Con respecto a la escritura me acuerdo de dos pensamientos de anoche.
Uno es que lo que a mí me gusta no es escribir, sino transmitir placer, transmitir el placer que yo siento. Y que como tengo sensibilidad con el lenguaje, me toca escribir.
También me di cuenta de que a este cuaderno no es que lo voy a transcribir y listo. Voy a corregirlo, capaz puedo armar un librito que enganche.
La canción acá dice soy sol tero, yhagoloquequiero.
Todos piden empanadas de mondongo y dejan la masa.
El morochón de en frente me mira fijo y cuando levanto la vista de mi cuaderno desvía.
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