lunes, 9 de febrero de 2015

Anoche, como si de eso no se hablara, se le acabó la tinta a la lapicera.
Ya estoy haciendo la dieta: hoy, solamente frutas y agua.
Caminamos 4Km. hasta Yavi chico (estoy acá). Casi ningún ser humano, una mujer ciega y gritona solamente, que nos atendió en el único negocio abierto, donde quisimos comprar un agua. Fue imposible la comunicación, así que salimos y la dejamos, pobre vieja ciega, gritando sola. Ahora Nacho está mirando por los binoculares (dice que hay cóndores) y yo sentadito al sol, deseando empezar a sentirme bien.
Un pajarito picotea el carozo de la manzana que me acabo de comer.

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